En el ámbito del trabajo, con frecuencia,
se producen situaciones de indefensión de las personas cuando sufren daños para
su salud. En general, son diversas las situaciones en las que puede resultar
difícil lograr el reconocimiento efectivo del origen profesional de los daños
sufridos.
Dentro de dichas situaciones se
encuentran, entre otras, las de las personas con sensibilidad a agentes
químicos presentes en el entorno de trabajo, susceptible de afectar a quienes
desarrollan sus tareas en edificios herméticos, en los que no es posible
utilizar ventilación natural y se produce la acumulación en el ambiente de
agentes peligrosos procedentes de pinturas, recubrimientos o productos de
limpieza.
Recientemente, la Justicia ha reconocido
como accidente de trabajo el síndrome de sensibilidad química múltiple
desarrollado por una funcionaria. Esta sentencia es un destacado precedente
para que casos parecidos sean reconocidos también en el futuro como accidente
de trabajo.